PARTE 1.- Hace tiempo y por cuestiones de trabajo...
Tuve que vivir una temporada en Pihuamo, Jal. Y me porte bien modosito y serio al menos mientras me acostumbraba a la gente de ese lugar y debo confesar que eran de lo mas aburridos que se puedan imaginar, por lo que al cabo de dos semanas ya estaba hasta la madre de aburrido y mi culito necesitaba urgentemente una buena verga que le calmara su ansiedad. Sabia que cerca del pueblo estaba la Ciudad de Colima por lo que ya desesperado empecé a acudir a ese lugar, también sabia que en los cines es donde generalmente hay ambiente y nuevamente no me equivoque, en el cine encontré mi vicio, ñongas deliciosas y jugosas dé muchachos calientes y jariosos a los que les urgía que les desflemaran el kiote con la boca o con el culito o con las dos cosas, putitos pervertidos y adoradores de la masacuata cómo yo...mi estancia en Pihuamo fue maravillosa con mis escapadas cada tercer día a Colima, de dónde regresaba feliz con el tanque lleno de mecos y ese ardor delicioso en el culo por las veces que me lo habían bombeado los muchachos en el cine...Recuerdo una ocasión en qué supuestamente estaba viendo atentamente una película dentro de la sala, un muchacho se sentó como a tres asientos de dónde yo estaba, voltie hacía el, el voltio hacia mi y casi enseguida se desabrochó el pantalón, se sacó el pito y se lo empezó a jalar, lo vi un ratito y después me levanté y me senté junto a él, observé su verga, la verdad estaba bien y estiré mi manita para agarrarsela, de pronto él dijo que no, que no porque su ñonga ya tenía compromiso, me detuve y me sonreí (ufffff qué tipo tan mamon), me levante y me fui hasta la parte más oscura y alejada, quizá no era mi día porque durante las horas que estuve ahí, mame y me tragué los mecos nada más de dos muchachos que no querían otra cosa más que los ordeñara como dios manda...por ahí de las nueve de la noche decidí que ya era suficiente por ese día, tendría que ir todavía a la terminal dé autobuses si no quería que me dejara el último camión