PARTE 1.-Me habían asignado para trabajar...
En Mérida durante los próximos 4 meses y nunca me arrepentí de haber estado ahí, la ciudad aparte de hermosa tiene a los muchachos con los mecos mas ricos de la zona, no me cansaba de tragarme su leche directamente de sus huevos y de abrir mi culito cuando ellos así lo querían para recibirlos completa y totalmente...aquel domingo me metí a ese cine más con la intención de dormitar que de ver la película (me sentía desvelado porque la noche anterior un chavito estuvo casi toda la noche arriba de mi taladrándome el culito con su incansable chostomo) y en verdad que casi estaba dormitando cuando sentí que a un lado de mi se sentaba alguien, me sentía tan cansado que decidí no hacerle caso y como pude me voltie hacia el lado contrario, él debió pensar que con esta acción le estaba dando entrada pues al poco rato sentí sus manos rosando mis nalgas, lo dejé hacer para ver hasta dónde llegaba y llego lejos, en menos de un minuto ya estaba descaradamente sobándome las nalgas y presionadome el culo y esto pa que es más que la verdad me despavilo y me prendió...me enderecé hacia él, vi que era un soldado joven, bien guapito, esbelto, varonil y ya con la bragueta desabrochada de dónde salía un sabroso pito como de unos 18 centímetros, bien bien tieso y brillando de tan duros e que lo tenía...se la toqué y su pispiote brincó como con vida propia, él terminó de liberarla de sus calzones e inmediatamente mi puta boca se agachó hasta su entrepierna y golosamente se apoderó de su pitó...que rica sabía, su sabor tenía una mezcla entre sudor, meados, mecos y jabón (deliciosa muy muy deliciosa), yo le lamia vorazmente los peludos tanates, el cabezon, él tronco, el ombligo y absorbía golosamente la babilla que le salía por él ojuelo del cabezon mientras jugaba traviesamente con los pelos de su chostomo...todo todo todito estaba delicioso hasta que se me ocurrió ir a mear, me entretuve en una llamada telefónica y cuando regrese con mí mancebo (puta madre), ya estaba ocupado con otro we