Trabajar en Cuernavaca y era una chinga ir y venir todos los días, me tenía que levantar temprano y acostarme tarde por lo que a las dos semanas decidí alquilar un servicio de hospedaje (ya saben, cama y comidas incluidas)...una compañera de trabajo me recomendó con una conocida suya y así fui a parar con un matrimonio sumamente religioso, con dos hijas y un jovencito hermoso y esbelto hermano del esposo y con el que tuve que compartir la habitación...Todo bien, trabajaba mucho y joteaba mas, esa ciudad es un paraíso, vergas no me faltaban y casi todos los días y de haberlo así querido, podía tener a alguien que me arrempujara la masacuata...por eso casi todas las noches llegaba con mecos en el culito por lo que antes de dormir me bañaba para sacarme los mecapales y luego en short me metía a la que era mi cama...el chavito que por cierto se llama Javier, casi siempre estaba ya dormido cuando yo entraba en silencio para no despertarlo y así sucesivamente todas las noches...una noche que hacía demasiado calor y no podía dormir escuché movimientos sospechosos en la cama que ocupaba el hermoso mancebo, lo cierto es que se estaba masturbando y noquise ni moverme para no interrumpirlo, el creía que dormía profundamente y manipulaba su verga que no alcanzaba a ver por la oscuridad reinante con toda libertad...con lo que no contaba era que de pronto estiró la mano para alcanzar mi cuerpo desde su cama y comenzó a acariciarme, el cuello, la espalda, las piernas, las nalgas...Recorcholis, el pinche escuincle me estaba calentando nuevamente, creía que ya había tenido suficiente con la vergota que un cabrón no hacía ni dos horas me había sambutido hasta los huevos, haciendome pujar y pujar y jadear y gemir mientras  me bombeaba desesperado el culito como si tratara de meterse también él...pero volviendo con el chavito al ver que no "despertaba" agarró confianza, se sentó en la cama y mientras de acariciaba la ñonga sus manos ya estaban dentro de mi short, tratando de abrir con