Me tenía a la orilla de la cama en cuatro patas, con las piernas abiertas y mi culito expuesto a su lujuriosa mirada, me abrió mas la raja de mis nalgas y mientras lo hacía con una mano me sujetaba por la cintura y con la otra sus dedos comenzaron a quitar la babasa que cubría ya toda la cabeza de mi verga y acto seguido la embarraba en mi culito para lubricarmelo con mis propios mecos, se me hizo perversa esa acción y por alguna razón eso me puso a mil...todo comenzó cuando entré a la local de libros usados en busca de alguna novela interesante (la gente no debe leer mucho pues el lugar estaba casi vacío), me encontraba absorto revisando títulos y leyendo la contraportada de alguno de ellos cuando se me acercó el dependiente sorprendiéndome (un jovencito de no mas de 22 años), al ver mi turbación me ofreció disculpas y me dijo que si había encontrado algún título que me interesara, dudé en responderle y el rápidamente dijo que si quería, podía mostrarme otros títulos que tenía en el cuarto que había habilitado como habitación al fondo de la librería, al ver su sonrisa todavía de niño acepté, pero el rápidamente aclaró que tenía que ser hasta que cerrara pues no podía desatender el negocio...cuando regresé después de las 8 de la noche, él estaba fuera del negocio esperándome, me invitó a trasponer la puerta de la cortina y me sorprendí cuando el con toda naturalidad me tomó por la cintura guiándome hacia el interior, dentro estaba oscuro y al detenerme el se arrimó mas hacia mi de tal suerte que su vientre quedó pegado a mi espalda...su cuarto era como la de todos los solteros, reinaba el caos y el desorden por doquier pero encontré un lugar en una silla y ahí esperé mientras el escogía varios títulos entre quizá decenas de libros que tenía en un librero, mientras lo hacía me preguntaba frivolidades como que si vivía solo, que si era soltero, que si tenía novia o novio a lo que yo respondía lacónicamente con un sí o con un no...