(Parte dos).- Pues, que le clavara la ñonga...
Esa era su ilusión y yo no era quien para estorbarle...el me vió descaradamente y pasando sus dedos por una de mis tetillas dijo...¿y por que tu no, tu no quieres eso, no quieres que te la ensarte a ti?...Ese cabrón y guapo semental me miraba como si fuese mercancia, aquilatando la carne mientras se pelaba y exprimía las últimas gotas de su verga la cual comenzaba a despertar...que onda -dijo- quiero sambutirte a ti todo este pedazo de carne macisa y jugosa, ¿te animas, crees que la guantes?...Neta que yo soy bien debil y de culo traicionero, pues nomás vi ese pinche animalón que despertaba entre las piernas de ese mancebo, mi tierno, puto y delicado pedorrin comenzó a alborotarse y solo musité, no se, no se we, bueno, pero nomas tantito eh?...me dijo que cuando terminara su ultima tanda me saliera y lo esperara a media cuadra del lugar...a mi amigo le inventé que yo iba a otro lado a ver si conseguia algunaa buena masacuata...El baterista salió, dijo llamarse Aldo y me preguntó que si quería ir a su depa, a mi hotel o a otra parte, le dije que a ningun lado...ahh cabroncito, eres exibicionista eh?, dijo jalandome hacia él y repegándome su bragueta en mi ombligo meintars sus manotas se apoderaban de mis nalguitas...