Jey, Debo renunciar a la lectura y deletrearte a ti solo.
Y recordar sus besos dulces como la miel, que brotan de sus labios, con sabor a fresa, mientras mi lengua roza su dulce piel, y en mis brazos recibo, a mi princesa.
Jey, Debo renunciar a la lectura y deletrearte a ti solo.
Y recordar sus besos dulces como la miel, que brotan de sus labios, con sabor a fresa, mientras mi lengua roza su dulce piel, y en mis brazos recibo, a mi princesa.
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