Nefer, solo arrancame la ropa con tus besos y caricias
Llevo los senos descubiertos, a la pasion de nuestro encuentro, la piel, mostrando una segunda piel, y en medio de ella ostenta en agonía una flor, que destila la jugosa miel que brota generosa, con la profunda estocada de la pasión como una roja cereza madura en plenitud. Quien haya dicho que la entrega, no reclamaba en la pasion, se equivocó, pues hoy aparentan ir de la mano, ante este mundo